Nací el 19 de septiembre de 1957 en Maracaibo, Venezuela. Hijo de madre franco-suiza y padre suizo. Con 4 años tuve una enfermedad muy grave, que en el sistema de sanidad venezolano no sabían como diagnosticar y consecuentemente establecer un posible tratamiento. Probaron con mucha medicación, pero a día de hoy considero que hicieron más daño que beneficio. Como mi padre era suizo y en Zúrich había un Hospital Universitario de pediatría excelente nos mudamos a Suiza. Finalmente, se descubrió que se trataba de Celiaquía, no muy conocida en aquel momento. Y aquí el origen de mi interés desde muy joven por la medicina y la alimentación natural.
En 1971 empecé a crear una huerta pequeña bajo el modelo de agricultura biodinámica, con su compost, sus preparados y su calendario. Esta experiencia me hizo optar por realizar estudios como técnico agropecuario y aplicarlos en fincas convencionales, ya que, por aquel entonces, 1973, había pocas fincas ecológicas y si se encontraban, eran muy cristianas y fundamentalistas. Ya desde muy joven tenía una influencia ideológica muy amplia y en mi familia practicamos la tolerancia. Mi padre era protestante y mi madre de una familia muy católica, en este tiempo (1952) no muy bien visto.
La formación profesional suiza contempla gran parte de los estudios a las tareas prácticas, así que obligatoriamente trabajé como aprendiz durante dos años en un par de fincas y después dos años más en la modalidad mixta (escuela/práctica). En las dos me hacía cargo de la ganadería, después de sólo una pequeña introducción: vacas (es evidente, estaba en Suiza), terneros, cerdos y gallinas. Después esta formación pasé cuatro veranos en los Alpes suizos, cuidando de las vacas, novillos, cabras y ovejas. En uno de ellos haciendo queso de alta calidad, después de haber hecho un curso de quesero.
La vida en Suiza era para mí demasiada estrecha, tanto geográfica como socialmente, y como era muy inquieto, durante todo este tiempo viajé mucho. Pasé por Venezuela, origen de la mayoría de mi familia, Colombia, España, Italia, Francia, Alemania y Países Bajos.
En 1980 formé una cooperativa de carpintería y construcción ecológica con un amigo y participé en algunos experimentos sociales, como un centro autónomo de Jóvenes en Zúrich y una finca biodinámica en el Jura de Suiza, viviendo en Tipi. Como me generaba pocos ingresos, pues era trabajo no pagado o muy mal pagado, realicé otros trabajos más lucrativos en el mercado capitalista para poder cubrir los costes de alquiler de mi habitación (comuna) y conseguir un coche cama, permitiéndome además el poder viajar.
Conocí a mi mujer en 1982 y al poco tiempo tuvimos un hijo y viendo cierto escepticismo sobre el futuro de los proyectos sociales, me concentré en ejercer un trabajo más convencional (Construcción) para asegurarle el pan a mi pequeña familia y permitirnos también viajar.
Mantuve la inquietud de seguir viajando, esta vez con la familia y estuvimos en diferentes sitios, permaneciendo cierto tiempo en cada uno de ellos. Así que después de estar en Italia, Venezuela, Francia, Portugal y España, decidimos quedarnos en el sur de ésta última, concretamente en Cádiz. La mentalidad de la gente me gustaba, los grandes espacios y el clima, además de estar cerca del Atlántico, el mar que nació al otro lado, en el continente sudamericano.
El 1989 alquilamos una casa, compramos un terreno y nos instalamos. Un año después nació nuestro segundo hijo. Desde que llegamos a España estuve buscando trabajo en la zona y también en Suiza, ya que tenía allí disponible la casa de mis padres, que regresaron a Venezuela. Y así, poco a poco construimos nuestra primera casa, proyecto que planifiqué yo mismo y ejecuté con el apoyo de profesionales del sector de la construcción. En 1994 ya estábamos en ella.
En paralelo, empezamos hacer una huerta ecológica en un campo de un vecino, cuya casa manteníamos. Primeramente, explotamos 1.000 m2 y llegamos hasta 3.000 m2. Mientras, encontré trabajo en la construcción, con la especialidad de carpintero de obra, no dejando nunca de continuar apostando por la ecología, aprovechando las posibilidades que brindaba la zona. Participé en varias casas, adosados de obra y madera y techos modelo centro-europeo.
Emprendimos el proyecto de vender verdura en Cádiz en una Cooperativa de consumidores ecológicos. Debido a la baja rentabilidad tuvimos que dejarlo, porque la idea de matarse trabajando no tiene mucho sentido. Esta experiencia duró un par de años, del 94 al 96.
Por dificultades familiares y con acuerdo previa con mi esposa, me fui en 1997 a Suiza para trabajar y replantearme la vida. A veces, llega el momento de decidir si continuar subido en la noria o cambiar de estructura. Me decanté por la segunda opción.
Para poder pagar la vida de nuestros hijos en España, conseguí hacer dinero en Suiza como road manager de un grupo de cabaret durante los fines de semana y entre semana, como operario de montaje de escenarios e iluminador. En Suiza, normalmente los grupos de teatro descansan en verano, porque hay poco público. Entonces durante estos parones me movía con un circo de niños en el Kanton Grison, con una caravana para poder tener a mis hijos en sus vacaciones de verano cerca de mí. Trabajé allí como iluminador, instructor, monitor, técnico, cocinero, chófer, etc.
Durante todo este episodio no dejé de viajar a España para visitara mis hijos, sabiendo que tarde o temprano regresaría. Así, tras dos años con el grupo de cabaret, que finalizó su andadura en fin de año de 1998, llegó el momento de volver a Cádiz.
Ya a partir del año 2000, planifiqué y construí varias casas en El Puerto de Santa María, en Conil de la Frontera, en Vejer de la Frontera y realicé reformas integrales en Villamartín. En 2005 me hice con la representación y distribución oficial de una compañía suiza que fabricaba bloques de madera orientados a la construcción. Esta nueva tecnología, me resolvió todos los hándicaps al trabajar con madera en esta región, pues las condiciones climatológicas provocan cambios abruptos en la humedad y temperatura. La primera casa que construí bajo esta tecnología fue en 2006 en Algodonales.
Entre los años 2003 y 2008 tuve la experiencia de trabajar como tutor de adolescentes de Alemania de comportamiento difícil en España.
A la de Algodonales, le siguieron nuevas construcciones en la región.
Y ya, llegados a 2016, vengo a dar con la finca, objeto de este nuevo proyecto que vive en mi cabeza hoy día, pero como viejo sueño desde hace mucho tiempo.